Cuenta
la leyenda, que se celebró hace ya bastantes años, un Día de la Paz, muy extraño. Se cuenta
que en este Día de la Paz,
no existió la paz, pero tampoco la violencia. Los ciudadanos no sabían lo que
significaba paz, aunque tampoco lo que
era la violencia.
Muy
extrañados la paloma blanca, símbolo de la paz, y el gran cuervo negro, símbolo
de la violencia, se reunieron en una gran azotea para tratar el tema.
- ¿Por casualidad, no sabrás que es lo que está ocurriendo?- pregunto la paloma.
– ¡No tengo ni mísera idea!- contestó el cuervo con aire amenazador.
– De acuerdo, tranquilízate y volvamos a concentrarnos en el tema- dijo la fiel paloma blanca.
- ¿Por casualidad, no sabrás que es lo que está ocurriendo?- pregunto la paloma.
– ¡No tengo ni mísera idea!- contestó el cuervo con aire amenazador.
– De acuerdo, tranquilízate y volvamos a concentrarnos en el tema- dijo la fiel paloma blanca.
- Mi fiero instinto, me dice que deberíamos
enseñar a los ciudadanos lo que significa la violencia y la paz- respondió el
gran cuervo aun con tono amenazador.
-
Si, tienes razón, yo enseñare a la gente lo que es la paz- dijo la paloma
blanca.
-
¡Y yo les enseñare lo que es la violencia! ¡Ja, já, ja!- grito el cuervo.
Los
dos se encaminaron en su aventura, enseñar a todo el mundo lo que significan
estas dos y contrarias virtudes.
Para
conseguir concluir su misión el cuervo necesito apenas un año, y prácticamente salió ileso de su gran misión.
Pero
a la paloma no le fue tan bien como al cuervo, necesito entre seis y siete años
para concluir su misión, además del tiempo que necesito para recuperarse de sus
heridas más lo que perdió refugiándose del frio y de los grandes temporales. Pero
esta lo consiguió gracias a su incansable esfuerzo.
Aunque
lo que hizo no sirvió para nada, el cuervo tenía preparadas sus tropas para
invadir el mundo y convertirlo en un sin fin de violencia. Pero la paloma no se
rindió concentro a más de diez mil personas, y de nuevo se encamino en una gran
aventura, salvar al mundo de la violencia. Intentaron dialogar con el cuervo,
le dijeron muchísimas cosas por las que la violencia esta sancionada, hasta que
el cuervo dijo basta. Se rindió ante el poder de la paz.
Todo
el mundo se arrodillo ante la paloma blanca de la paz, y le dijeron:
-¡Gracias,
por salvar al mundo, paloma de la paz!-
Y
así fue como todos conocimos la paz.
JOSE
ANTONIO LOPEZ PEÑALVER 5ºA