Hace muchísimo tiempo existieron dos enormes gigantes que vivían en la Región de Murcia.
El nombre de ellos no se recuerda, pero si que uno de ellos vivía en la Sierra de Espuña y el otro en la Sierra de Carrascoy. Los dos eran amigos inseparables, pero tenían un grave problema, ¡nunca se habían visto!
Esto se debía a que si se dejaban ver por las personas, montarían un escándalo total.
Así que aprovechando la ocasión, en una noche en la que hubo una gran tormenta, los dos salieron de sus sierras para poder verse.
Los dos avanzaban y avanzaban pero no se encontraban, hasta que llegaron a la costa murciana.
Ellos por fin pudieron verse, pero sólo durante un segundo, pues se desató un gran relámpago que les aterrizó encima.
Los dos gigantes se desplomaron con medio cuerpo en la tierra y medio en el mar.
Y este fue el origen de Cabo de Palos.
El nombre de ellos no se recuerda, pero si que uno de ellos vivía en la Sierra de Espuña y el otro en la Sierra de Carrascoy. Los dos eran amigos inseparables, pero tenían un grave problema, ¡nunca se habían visto!
Esto se debía a que si se dejaban ver por las personas, montarían un escándalo total.
Así que aprovechando la ocasión, en una noche en la que hubo una gran tormenta, los dos salieron de sus sierras para poder verse.
Los dos avanzaban y avanzaban pero no se encontraban, hasta que llegaron a la costa murciana.
Ellos por fin pudieron verse, pero sólo durante un segundo, pues se desató un gran relámpago que les aterrizó encima.
Los dos gigantes se desplomaron con medio cuerpo en la tierra y medio en el mar.
Y este fue el origen de Cabo de Palos.
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